miércoles, 29 de abril de 2009

¡Abundancia!

Muchas veces nos abrumamos por la escasez y la escasez se presenta en varias formas:

Escasez de la oportunidad. Tenemos sueños para el futuro; tengamos una visión del mundo mejorado; tengamos planes para el éxito de nuestra iglesia u organización: pero nunca se nos presenta lo oportunidad de ejercer nuestros sueños, nuestras visiones, nuestros planes.

Escasez de la energía. El ser humano no tiene una provisión de energía sin límites, con edad, disminuye la energía y entonces descubrimos que lo que mas quema nuestros ideales es que nos falta la energía para realizar todo aquello que una vez soñamos.

Al levantar Jesús los ojos y ver que venía mucha gente, dice a Felipe: "Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?" Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: " Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco." Le dijo uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero qué es eso para tantos?".

Jesus entendio la dicotomía entre el amor actual de Dios y lo que pensamos nosotros. Hay una diferencia entre “pensar escasez” y “pensar abundancia”. “Penar escasez” es quedarse paralizado por lo que no tiene. “Pensar abundancia” es reconocer las posibilidades y luchar para un presente de esperanza y un futuro de abundancia.

Dijo Jesús: "Haced que se recueste la gente." Había en un lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los partió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda." Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.

Compartir el pan es expresión del amor de Dios, es la palabra de Dios. En estos tiempos de economía frágil aumenta el número de los excluidos del sistema; de aquellos que no tiene parte en su circuito y en sus eventuales beneficios. Son gente prescindible; es más, representan un estorbo para el funcionamiento de la economía. No hay o hay muy pocas, se dice, posibilidades de satisfacer sus necesidades más elementales.

La gente que recibió la abundancia en el milagro de la multiplicación de pan y pescado venía a Jesús otra ves buscando más milagros, más pan, más pescado, más de la abundancia física. En obras de la caridad, la gente siempre regresa para recibir más de los recursos físicos que se distribuyen. A veces, se crea una dependencia. El problema es, cuando agotan los recursos, no tienen la capacidad de proveer por sí mismo y por sus familias. Es más fácil dar comida, o ropa, o dinero, que establecer sistemas donde la gente puede mejorarse. Es más fácil parar, por el momento, la sangre, que luchar para cambiar las causas de la escasez y la falta de recursos. Recibir la abundancia de Dios es reconocerla en la vida diaria. Es luchar, día a día, por justicia y paz, vigorizado por la conciencia de la obra de Dios en el mundo. Es alabar a Dios en cada circunstancia de la vida, sea buena o mala. Es compartir el Pan de Vida, fuente de la esperanza, del coraje, de la incansabilidad.

Pensemos en abundancia, preparémonos, descubramos posibilidades y luchemos por alcanzar el éxito, al final de cuentas "no temamos, pues Jehová es nuestro escudo y nuestro galardón será grande".

jueves, 9 de abril de 2009

Medicina ¡Nueva!

Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús.
(I Tesalonicences 5:16-18)


¿Sabía que es la voluntad de Dios que seas feliz siempre? Dios quiere que seas feliz y vivas en paz. Él quiere que el amor de Èl esté en tu vida no importa lo que tus circunstancias parecen. De hecho, cuando se tiene alegría en medio de circunstancias difíciles, es prueba de que tu fe y la confianza en Dios te van a llevar a través de esas circunstancias.

Entiende que la alegría sobrenatural de Dios ¡es tu fuerza! Él quiere que tengas alegría para que puedas estar fuerte no importa lo que esté pasando a tu alrededor. Podrías decir, " No soy tan jovial. Soy más serio. Yo nunca río mucho". Me doy cuenta de que Dios nos hizo a todos de manera diferente, pero puedes entrenarte a reír más. He leído que los niños se ríen más de 200 veces al día, pero el adulto promedio sólo ríe 4 veces al día. ¿Qué ha pasado? Hemos permitido que la presión de la vida, el estrés, y más responsabilidades, poco a poco, nos vengan a robar nuestra alegría.

Toma la decisión hoy mismo de recuperar tu alegría. Decide que vas a mirar más allá de tus problemas y que buscarás a Dios. Pide a Él que cada uno de tus días lo llene con Su paz y su alegría sobrenatural de modo que puedas vivir en la fortaleza y la victoria todos los días de tu vida.

jueves, 2 de abril de 2009

NO está solo en las dificultades

No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
Isaías 41:10.


Es fácil mirar lo que está sucediendo en la tierra hoy y sentir miedo o entristecernos. Las circunstancias que vivimos pueden parecer abrumadoras. Quizás en tus negocios hay fuertes luchas, tal vez perdiste tu trabajo, tal vez estás luchando en una relación o preocupado por la economía. En tiempos como estos, es importante recordar que Dios ha prometido que Él nunca nos deja ni nos abandona. De hecho, Él no sólo está con nosotros, Él se ha comprometido a reforzar y endurecernos en las dificultades. Esto significa que, cuando vienen tiempos difíciles, simplemente rebotarán frente y fuera de ti. No permitas que tus circunstancias vengan a robar tu paz y alegría. Desarrolla la actitud que dice: "¡Esto puede ser un gran problema, pero mi Dios es más grande!"

Ten en cuenta siempre que el enemigo no está ni viene por tu chequera, su propósito último es quedarse con tu paz y alegría. Él sabe que si puede conseguir tu alegría luego puede obtener tu fuerza. Pero cuando permaneces conectado al Padre a través de la oración y el estudio de la Palabra y declaras sus promesas para tu vida, te endureces ante las dificultades y puedes estar seguro en la palma de la mano de Dios!