jueves, 27 de agosto de 2009

La ley de la Grandeza

Ley 5: Ley de la Grandeza

Jesús habló de tres características que bajo circunstancias normales predominan en los niños pequeños: ellos confían, se les puede enseñar y son humildes.

¡Debemos ser como niños!

Debemos tener una absoluta confianza en la provisión y el amparo de Dios, este es el primer gigantesco paso hacia la grandeza.

Los niños deseosos de aprender, van a experimentar. Son rápidos para dominar nuevas ideas, nuevas lenguas, nuevas técnicas. Sus mentes están abiertas. Si consideramos esto en el contexto de las instrucciones que les dio Dios a Adán y Eva de dominar y sojuzgar la tierra, vemos la importancia de esas preguntas y de esa franqueza. ¡Este es otro paso hacia la grandeza!

Luego los niños son humildes. Rara vez se ve a un niño jactarse de ser superior. No llevan máscaras. Son inocentes, transparentes, y genuinos.

¡Debemos ser como niños!

La grandeza, que se resume en "riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová" (Proverbios 22:4) Y la psicología confirma que eso es lo que anhelamos los seres humanos: la remuneración financiera, el reconocimiento, y la vida buena y satisfecha. Todo esto le espera al niño, epítome de la humanidad.

Así que, en breve, Jesús dijo que la grandeza comienza con la confianza que mostramos, con la docilidad, y con la humildad. Estos tres rasgos van unidos, no solamente en los niños sino también los adultos. La persona confiada abandona el cinismo y el escepticismo y se vuelve franca. No tiene que tener razón siempre. Entonces puede aprender: de Dios, de la gente, de las circunstancias. Escuchará, experimentará. Y esa es la persona humilde.

¿Puedes ver el ciclo? C0nfianza... Docilidad... Humildad... vAn de la una a la otra, en ambas direcciones.

¡Seamos como niños!

jueves, 20 de agosto de 2009

Ley de la Responsabilidad

Ley 4: Ley de la Responsabilidad

Todo aquel al que se le da inteligencia, habilidades, bienes, fortuna, autoridad o fama tiene una responsabilidad que no tiene el que no haya recibido tanto; el no. cumplir con esta acarrea un terrible castigo. (Lucas 12:46-48).

Jesús mostró con precisión que la parábola era para aquel que ha sido favorecido, tanto en lo espiritual como en lo físico, para los que vivan en el mundo invisible y los que vivan en el mundo visible.

Cualquiera que sea el nivel de oportunidad que se nos dé, tanto Dios como el hombre esperarán de nosotros cierto nivel de rendimiento. El haber sido favorecidos lleva aparejado una responsabilidad. La responsabilidad aumentará a medida que aumente el favor.

Los hombres han sabido casi instintivamente que a medida que aumentan los logros y la posición, aumentan también las responsabilidades y las obligaciones. Con cada triunfo la sociedad aumenta su expectativa un poco más.

El mensaje es claro, Dios te dará mejores posiciones, más grandes oportunidades y por supuesto mejores resultados, El te colocará como cabeza y no como cola, El te llevará a lugares altos, pero allí en donde hoy estas, con las circunstancias que tienes, con la oportunidad que ya tienes, debes mostrar tu responsabilidad.

Cumple con tu responsabilidad allí donde te he puesto, dice Dios, y les pondré en un nivel aun más alto que el que ocupaban antes de cumplir con esta.

jueves, 13 de agosto de 2009

La Ley de la Perseverancia

Ya hemos visto en las ediciones pasadas dos de las siete leyes espirituales que nos permitirán acceder a todos los beneficios del reino al cual pertenecemos.

Ley 3: La ley de la perseverancia:

Los seres humanos tenemos implantada dentro de nosotros la necesidad de ser libres y de crecer, esta es la ley de la perseverancia que Dios ha puesto en nosotros. Es esencial para tener éxito en la vida en general, y en particular para la vida en el reino. No estar dispuesto a luchar significa permanecer inmóvil: estancarse.

Dios cede paulatinamente las cosas buenas del reino y del mundo a aquéllos que luchan. Por ejemplo, Jacob luchó toda la noche con un ángel antes de convertirse en Israel, príncipe con Dios; Abraham espero cien años antes de recibir a Isaac, el hijo de la promesa.

Jesús conocía a los hombres a la perfección. El conocía nuestra tendencia a darnos por vencidos enseguida y volvernos inonsecuentes, y negligentes. Por eso nos exhortó que fuéramos

Por eso debemos seguir pidiendo, buscando y llamando. No tengamos miedo de causar alboroto. Dios prefiere eso a la pereza y la indolencia. El quiere gente que agonice y quizá tropiece un poco, pero que salga adelante, así como el niño que comienza a caminar. El niño desarrolla sus músculos y aprende.

Seamos gente de acción. No veamos para atrás sino ¡perseveremos hacia la meta!
persistentes en la oración y en todos los demás aspectos de la vida.

jueves, 6 de agosto de 2009

La Ley del Uso

Continuamos con el aprendizaje de las 7 Leyes Espirituales del Reino. Debemos aplicarlas a nuestra vida para conseguir todo aquello que queremos lograr.

Ley 2: La Ley del Uso

En Mateo 25:26,27,30 leemos: "Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses... Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.".

Vemos que se consideró malo al hombre porque no quiso tomar lo que su señor le había dado con el fin de que lo empleara y lo aumentara. Note que la clave no era la cantidad. Lo que importaba era el uso de lo que se les había dado. Si estamos dispuestos a usar lo que Dios nos ha dado: tendremos más. Pero si no estamos dispuestos a usar lo que El nos ha dado, lo hemos de perder.

Así también es nuestra vida espiritual. Si oramos, leemos la Biblia y ejercemos el entendimiento que ya tenemos, creceremos. Si no lo hacemos, nos debilitamos y disminuirá nuestra eficacia.

A través de un ejercicio diligente y paciente de los dones que El nos otorga constantemente, podemos entrar en la prosperidad y la abundancia del mundo invisible.

Nunca debemos tener en poco los pequeños comienzos. El crecimiento vendrá casi inconsciente e imperceptiblemente, pero el crecimiento llegará de repente a medida que surta efecto y llegue a su madurez el uso que demos a lo que ya tenemos.

La ley de uso es quizá la más poderosa de las leyes en cuanto a la vida cotidiana. Es la ley fundamental para el crecimiento y desarrollo de todas las organizaciones y sociedades, tanto del mundo invisible como del visible.

¡No, no, no! No debemos de tener en poco los comienzos pequeños, sino que debemos ejercitar la eterna ley de uso.

"Háganlo a mi manera" dice el Señor. El ha dado el diseño para el reino secreto. Nosotros sólo tenemos que seguirlo.