Continuamos con el aprendizaje de las 7 Leyes Espirituales del Reino. Debemos aplicarlas a nuestra vida para conseguir todo aquello que queremos lograr.
Ley 2: La Ley del Uso
En Mateo 25:26,27,30 leemos: "Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses... Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.".
Vemos que se consideró malo al hombre porque no quiso tomar lo que su señor le había dado con el fin de que lo empleara y lo aumentara. Note que la clave no era la cantidad. Lo que importaba era el uso de lo que se les había dado. Si estamos dispuestos a usar lo que Dios nos ha dado: tendremos más. Pero si no estamos dispuestos a usar lo que El nos ha dado, lo hemos de perder.
Así también es nuestra vida espiritual. Si oramos, leemos la Biblia y ejercemos el entendimiento que ya tenemos, creceremos. Si no lo hacemos, nos debilitamos y disminuirá nuestra eficacia.
A través de un ejercicio diligente y paciente de los dones que El nos otorga constantemente, podemos entrar en la prosperidad y la abundancia del mundo invisible.
Nunca debemos tener en poco los pequeños comienzos. El crecimiento vendrá casi inconsciente e imperceptiblemente, pero el crecimiento llegará de repente a medida que surta efecto y llegue a su madurez el uso que demos a lo que ya tenemos.
La ley de uso es quizá la más poderosa de las leyes en cuanto a la vida cotidiana. Es la ley fundamental para el crecimiento y desarrollo de todas las organizaciones y sociedades, tanto del mundo invisible como del visible.
¡No, no, no! No debemos de tener en poco los comienzos pequeños, sino que debemos ejercitar la eterna ley de uso.
"Háganlo a mi manera" dice el Señor. El ha dado el diseño para el reino secreto. Nosotros sólo tenemos que seguirlo.
jueves, 6 de agosto de 2009
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