jueves, 20 de noviembre de 2008

Libertad a prueba

Para llegar a madurar, a desarrollar carácter, autodisciplina e integridad todos debemos pasar por tres pruebas, comunes a toda la humanidad. Porque Dios quiere que seamos internamente controlados, nos llama mientras estamos en el desierto para pasar estas tres pruebas de responsabilidad. La prueba no dura por siempre. Jesús pasó cuarenta días, y cuando terminó había pasado las tres pruebas perfectamente para servir de ejemplo para nosotros.

Estas tres pruebas incluyen las áreas de disciplina física, motivación y codicia. Estas son las áreas que Dios pone a prueba en el desierto para prepararnos antes del cruce del Jordán. Una vez que pasamos las tres, estamos listos para mojarnos los pies. Estas pruebas son necesarias porque quien no está acostumbrado al poder, es peligroso. Lo mismo vale para quien es orgulloso, o para quien no puede tomar posesión de su propio cuerpo, porque no es capaz de controlar sus apetitos. Estas personas son irresponsables y peligrosas, y no son dignas de confianza.

Las categorías de estas pruebas pueden denominarse de la siguiente manera:

1. Pruebas de apetito. 2. Pruebas de motivo, orgullo y fama. 3. Pruebas de codicia y poder.

1. Prueba de apetito

"Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan" (Mateo 4:3).

Esta primera prueba era la tentación de la autogratificación y tiene que ver con nuestros tres apetitos básicos: alimento, bebida y sexo. Nadie es verdaderamente libre hasta que se ha disciplinado en las tres áreas. Permítame señalar que también fue la primera área de prueba para Israel en el desierto. Comenzaron a clamar por alimento: la autogratificación. Muy pronto olvidaron el milagro de las plagas y del Mar Rojo, para concentrarse en su propia gratificación. Una de las mayores responsabilidades de la libertad es la disciplina autoimpuesta que debemos tener en el área de nuestros apetitos: comida, bebida y sexo. La libertad exige autocontrol.

2. Prueba de motivo, orgullo y fama

"Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra" (Mateo 4:5-6).

Esta prueba era la tentación de la fama instantánea y el éxito repentino. Si Jesús hubiera hecho esto habría sido famoso inmediatamente, Y miles de personas en el patio del templo habrían visto este milagro, y habrían creído en Él. Sin embargo, habría cancelado y obviado el proceso de formación de carácter y de crecimiento, necesarios para llegar a ser responsable para la libertad que Él poseía con el propósito de liberar a otros. Para ser verdaderamente libre, usted debe pasar por un proceso de desarrollo de carácter. El verdadero éxito nunca es inmediato ni instantáneo.

3. Prueba de codicia y poder

"Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás" (Mateo 4:8-10).

Cuando un hombre está libre de la necesidad de poder, califica para ejercer la autoridad. Así que esta tentación de poder y codicia era para probarlo, exigiendo el sacrificio de la integridad de Jesús y exigiendo su carácter, tentándolo con el poder.

Si no ha habido ángeles en su vida durante mucho tiempo, quizá sea porque no ha pasado pruebas últimamente. Los ángeles son enviados a ministrar a quienes han pasado con éxito una prueba del desierto.

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