jueves, 8 de enero de 2009

Un día a la vez

¿Por qué Un día consta de 24 horas y durante este período, cada cual decide qué va a hacer con su vida? Hay quienes se dedican a estudiar, otros a trabajar, entrenar, crear, en fin, son infinitas las actividades que se pueden realizar de acuerdo con los objetivos que se persigan. Lo más importante es no actuar en detrimento de lo que realmente se quiere alcanzar.

Lo que significa que todo tiene una razón de ser, nada ocurre por accidente, siempre hay una acción que antecede a otra y el resultado se produce de la unión de este cúmulo de acciones. No es casualidad que este sea un día de éxito y mañana de fracaso.

Definitivamente, el tiempo es oro. Si cada día se desarrollan hábitos y actitudes que están en armonía con las reglas del éxito, no existirán límites para llegar a la cumbre.
Es preciso elegir desde un principio las metas y con base en ellas se determinan las conductas que conllevan al triunfo, para dejar de ser una persona promedio y cultivarlas a diario.

Es indispensable identificar lo más temprano posible a dónde se quiere llegar, para que toda acción se encamine hacia el objetivo que se pretende. El pensamiento y el deseo deben guiar la forma de actuar de cada uno. Si se tiene una dirección establecida es imposible perderse, tarde o temprano se llega a la meta, pero para que esto suceda, es indispensable tener claro lo que se quiere hacer, de lo contrario, será como caminar en un laberinto sin salida.

La tenacidad y la persistencia son dos piezas que siempre deben acompañar a un triunfador. Si llegaran a faltar, todos los sueños serían sólo ilusiones que alimentaron la mente de un ser humano algún día de su vida. Pero si están ahí, a diario, en poco tiempo formarán parte de una realidad que se derivó de la imaginación.

Un día comprende 24 horas que equivalen a 1440 minutos, en este lapso de tiempo se encuentran infinidad de oportunidades, las cuales hay que aprovechar para hacer de este período el más productivo de la existencia.

Así pues, para lograr tus grandes metas solo tienes que empezar por aprovechar un día a la vez. ¡Bien aprovechado!

Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. Salmo 19:2

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