· Desilusión externa.
· Falta de autoestima.
· Comparación injusta.
· Objetivos imposibles de cumplir.
· Un desorden funcional biológico.
1. Ataca tu problema con el poder del Evangelio. En Filipenses 4:13, Pablo escribió: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Un cristiano que vive deprimido continuamente, se deprime porque elige deprimirse, a menos que sufra de un desequilibrio químico. Este cristiano rechaza los principios de Dios al negarse a la vida llena del Espíritu, que se evidencia en amor, gozo y paz.
2. Dedica tiempo a meditar
3. Líbrate de los rencores cada día.
4. Decídete a ser entusiasta. Todos tenemos el potencial para ser entusiastas. La palabra entusiasmo proviene del griego “en” (en), y “theos” (Dios). En Dios. Algunas personas interpretan esta palabra como “estar inspirado por Dios, estar poseído por Dios”. Dios pone entusiasmo en cada ser humano. Es imposible creer en
5. Pasa tiempo cada semana con cristianos comprometidos. Proverbios 13:20 dice: “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado”. La verdad es que uno se vuelve como sus amigos y su familia; lo quiera o no.
6. Has algo bueno por una persona especial cada semana. A veces la depresión puede estar causada por concentrarnos demasiado en nosotros mismos y en nuestros problemas. En lugar de esto, debemos pasar tiempo pensando en los demás.
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