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jueves, 19 de febrero de 2009

Tu defines tu futuro

"... Dios, que da vida a los muertos, y llama las cosas que todavía no son, como si ya fuesen" Romanos 4:17 (VM)

¡Tus palabras tienen poder creativo!

Así como Dios llama las cosas que no son como si fueran, también tenemos que declarar lo que queremos ver en nuestras vidas. En otras palabras, cuando tienes esos días en los que no te sientes bien, no deberías ir diciendo, "¡Ah, mi espalda me ha herido. Estoy tan vieja. Creo que que esto nunca va a mejorar". Cuando hablas así, estás haciendo uso de la palabra de derrota para tu futuro. Por el contrario, dále la vuelta. Haz declaraciones de victoria diciendo: "Esto es solo temporal. Dios es el restaurador de mi salud. Estoy cada vez más fuerte, más saludable, y me siento más joven. Mis mejores días aún están por venir".

Recuerda, vas a obtener lo que llamas a tu vida. Tienes poder creador en tus palabras, y cuando declaras, profetizas tu futuro. Declara lo que Dios dice acerca de ti que, declara que el está bendiciendo tu vida, declara que sólo puedes estar por encima y nunca por debajo.

Cuando tu llamas a las cosas que no son como si fueran, verás las maravillosas promesas de Dios cumplirse en tu vida y la bendición estará en cada área de tu vida.

jueves, 12 de febrero de 2009

Tienes la ventaja

"... Su favor es para toda la vida ..." (Salmo 30:5).


Una definición de la palabra "favor" es una ventaja para el éxito.

Al poner a Dios en primer lugar, cuando obedeces sus mandamientos, abres la puerta a tu favor, ¡tienes la ventaja para el éxito! Incluso si estás pasando por un mal momento y parece que las situaciones tienen el sartén por el mango, aunque parezca que las cosas nunca van a cambiar, es necesario recordarte a ti mismo:

¡Tengo una ventaja!
¡Dios está en control de mi destino!
¡Él es quien pelea las batallas por mí!
¡Él es mi Vengador!

Y es sólo una cuestión de tiempo antes de cambiar las cosas a mi favor.

Me encanta la Escritura que dice en Hebreos, "No desechar su confianza." Una traducción dice: "... pero el día de pago está por venir." En los momentos difíciles, tienes que recordar que ¡el día de pago está en camino! Dios es un Dios fiel. Si vas a seguir haciendo lo correcto, en honor a él, esperando su favor, Dios ha prometido que te pagará de regreso. Él restaurará en tu vida todo lo que el enemigo ha robado para que puedas vivir la vida abundante que ha prometido para ti.

jueves, 5 de febrero de 2009

Estírate hacia adentro

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 2Timoteo 1:6


¿Necesitas darle un renuevo a tu vida hoy? Éste es sin duda alguna el tiempo para reencontrar lo que Dios ha puesto en tu interior. Es hora de reencontrar aquéllos regalos, reencontrar aquellos sueños y reencontrar aquéllos talentos que Dios ha puesto en ti. Es tiempo de estirarte hacia adentro y hacer una propuesta nueva en tu vida: perseguir los deseos y sueños que Dios ha colocado como semillas en tu interior, en tu mente y en tu corazón.

La Escritura nos dice que sin visión, la gente fallece. Si tu no tienes un sueño, realmente no vives del modo que Dios quiere. Tu simplemente existes. Tal vez en un tiempo tenías un sueño, pero después de intentarlo e ir a través de algunas decepciones o reveses, las cosas no resultaron del modo que planeaste. Pero aquí está una llave: cuando un sueño muere, otro sueño nace, el verdadero sueño.

El hecho de que no hallas alcanzado aquel sueño que perseguías, no significa que todo ha terminado. ¡Dios tiene otro plan para ti! No puedes permitir que una decepción o aún una serie de decepciones te hagan creer que todo ha terminado. Esta es la hora de que empieces a cavar profundo dentro de ti y que te tomes de las promesas que Dios ha puesto en tu corazón.

Conforme tu remuevas y retomes los sueños que Dios te ha dado, el favor de Dios se moverá hacia ti y te bendecirá y te cumplirá todos los deseos de tu corazón.

¡Es hora de avivar el fuego del don de Dios!

jueves, 22 de enero de 2009

Crecer o Morir

Si está en tus manos salir adelante, piensa cuál es el mejor camino. Desarrolla un plan para convertirte en estudiante del éxito y mejorar constantemente a nivel profesional y personal.

¿Cómo hacerlo?

Invierte en tu propio desarrollo personal.

Invierte por lo menos un 3% de tus ingresos en buenos libros, revistas, audio libros y seminarios. Quien no está dispuesto a invertir en sí mismo, expone el precio de su éxito y éste no es negociable. Miles de personas han logrado llegar a la cumbre y amasar grandes fortunas sin pasar por una educación formal, pero también es cierto que lo lograron porque estaban altamente motivados y poseían una gran actitud.

Lee por lo menos 30 minutos diarios sobre las áreas de tu interés profesional

¿Sabías que si lees una hora al día te puede convertir en experto en un tema, en tres años? Leer una hora diaria, te convertirá en un experto nacional en cinco años y en experto internacional en siete años. Leer una hora diaria, significa leer un libro entero en dos semanas, que equivale a leer 25 libros al año, o sea, 250 libros en diez años. En un mundo donde el profesional promedio lee menos de un libro al año, si tu lees 25 que te ayuden a profundizar en tu profesión, o a administrar mejor tu tiempo, lograrás distanciarte de tus competidores, y mejorar tu situación financiera y tu productividad.

Escucha programas en audio

Aprovecha el tiempo que pasas en un vehículo camino a tu oficina y escucha programas de desarrollo personal y profesional en audio libros. Óyelos mientras te preparas para salir en la mañana, o cuando te encuentres haciendo ejercicio.

¿Sabías que la persona que conduce automóvil hacia su trabajo, emplea un promedio de 500 a 1.000 horas por año detrás del volante y que esto equivale aproximadamente de tres a seis meses de trabajo, contando semanas de 40 horas? Esto equivale a dos semestres de estudio universitario.

Asiste a seminarios y conferencias que contribuyan a tu desarrollo personal y profesional

Sólo quienes no creen saberlo todo y se encuentran en un estado de búsqueda de información y conocimiento constante, tendrán la actitud que les permitirá triunfar. Leer libros y revistas en tu campo de acción, escuchar audio libros que contribuyan a tu crecimiento personal, y asistir a seminarios de actualización deben ser parte de tus metas profesionales e intelectuales.

"Pido en mi oración que su amor siga creciendo más y más todavía, y que Dios les dé sabiduría y entendimiento" Filipenses 1:9

jueves, 15 de enero de 2009

Prepárate

¡Buenas Noticias!
Para ser parte activa en el logro de tus resultados,
Cristonversando,
estará colaborando con tu desarrollo, poniéndo a tu disposición

cursos
de diferentes tópicos para que te manténgas siempre listo, actualizado y preparado para afrontar los retos que sin duda como emprendedor, como realizador de sueños tendrás que superar.
Sirva el post de hoy para introducirnos en la necesidad de siempre estar actualizándonos y preparándonos.

La próxima semana estaremos presentándo el primer curso, su metodología y las instrucciones para que puedas participar.
Puedes enviar un mail a
cristonversando@gmail.com

para recibir en tu buzón toda la información.
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Eres quien eres en este momento, y te encuentras donde te encuentras como resultado de todas tus vivencias, tus hábitos, y las habilidades y conocimientos que has adquirido a lo largo de tu vida. Todo aquello que forma parte de tu historial personal ha forjado la persona en la cual has podido convertirte. Muchas de esas experiencias han sido positivas y han ayudado a formar tu carácter y a reafianzar tu potencial. Seguramente, este historial contiene también vivencias o hábitos negativos, que igualmente han contribuido a que te encuentres en tu situación actual. Todas estas experiencias de una u otra forma son responsables por tus circunstancias presentes.

Muchas personas emplean la mayor parte de su vida culpando a su pasado por la mediocridad de su presente. Otras, deciden romper las cadenas que las atan a un pasado que no ha sido benevolente con ellas, y logran forjarse un futuro mejor, sobreponiéndose a las circunstancias que puedan estar experimentando.

Independientemente de que tus vivencias hayan sacado a relucir el máximo de tu potencial, o que hayan sido contraproducentes en tu vida, lo único cierto es que son gran parte de aquello con lo que cuentas para empezar tu camino hacia el logro de tus sueños. Una parte importante, ya que han forjado la persona que hoy eres. Sin embargo, aún más importante que estas experiencias es la manera como veas tu futuro.

Debes determinar exactamente dónde te encuentras ahora, con qué cuentas y, más importante aún, qué necesitas aprender para llegar a donde quieres ir. Es fundamental que determines dónde te encuentras actualmente en relación con el lugar al cual deseas llegar. En este paso responderás a las preguntas: ¿Con qué cuentas, y qué necesitas aprender?

Examinemos de cerca tres áreas diferentes:

La educación especializada, el continuo mejoramiento profesional, y el desarrollo personal. La primera área es la de la educación especializada. ¿Necesitas adquirir algún tipo de educación especializada para llegar a donde quieres ir? Sólo podrás determinar la clase de conocimientos especializados que necesitas adquirir, una vez hayas determinado el lugar al cual deseas llegar. Por esta razón debes dar los tres primeros pasos antes de llegar a este punto. Recuerda que educación especializada no necesariamente significa cuatro o cinco años de educación universitaria. Ella simplemente significa aprender la profesión o el oficio que has elegido como el vehículo que te ayudará a materializar tus sueños. Este aprendizaje puede hacerse a través de un programa educativo, experiencia práctica, seminarios o cursos especializados.

¿Cómo puedes determinar el tipo de programa educativo que necesitas? Primero que todo, determina el campo en el cual deseas trabajar, ya sea que éste sea el mismo en el que actualmente te desempeñas o un campo diferente. Asegúrate de que este sea un campo que puedas aprender a querer y disfrutar. Invierte el tiempo suficiente en seleccionar la institución y el programa educativo que mejor se ajuste a tus necesidades.

El segundo punto es el continuo mejoramiento profesional. Los grandes triunfadores, los líderes más reconocidos del planeta y las corporaciones líderes en sus campos han descubierto que el éxito y la excelencia personal y empresarial, requieren estudio, preparación y mejoramiento constante. Las empresas de éxito saben que todo lo que una compañía hace, todo producto, servicio o proceso organizativo puede y debe ser mejorado constantemente.

La persona que no está avanzando, que no está al tanto de los nuevos avances en su profesión; la empresa que no está siempre a la vanguardia de todo nuevo descubrimiento en su campo; esta persona o empresa, está retrocediendo. La excelencia requiere un compromiso constante, si no nos estamos acercando hacia el logro de nuestras metas personales, profesionales o empresariales, entonces nos estamos alejando de ellas. La razón es muy sencilla, el tiempo pasa. Cada día que pase sin que trabajes hacia el logro de tus metas es un día menos con el que cuentas para hacer de ellas una realidad.

Y tu desarrollo personal tiene que ver con tu compromiso personal con el constante estudio del éxito. Cuando digo estudio, no sólo me refiero a la capacitación, sino también al compromiso que los grandes triunfadores tienen hacia su desarrollo personal, hacia el mantenimiento de un alto grado de motivación constante.

Para aumentar tu productividad, simplemente tienes que aprender más. En otras palabras, todos nosotros, en este preciso instante, estamos ganando el máximo, con lo que ahora sabemos.

He aquí cuatro sugerencias que te ayudarán a convertirte en un gran estudiante del éxito.
1. Invierte en tu propio desarrollo personal.
2. Lee por lo menos 30 minutos diarios en tu campo de interés profesional.
3. Escucha programas en audiocassette mientras realizas otras actividades.
4. Asiste a seminarios y conferencias que contribuyan a tu desarrollo personal y profesional.

Si deseas triunfar, debes estar dispuesto a pagar el precio en términos de lo que debes leer, escuchar, aprender y asimilar. Lo más probable es que en este preciso momento, hayas llegado lo más lejos posible con el conocimiento con que ahora cuentas. Si deseas ir aún más lejos de donde ahora te encuentras, sólo lo podrás lograr, obteniendo y asimilando nueva información.

jueves, 28 de agosto de 2008

¡¡¡Procuren el Oro!!!

¡Procuren el oro! Escuchamos esas palabras motivadoras cada cuatro años al llegar otra serie de Juegos Olímpicos. El ambiente se llena de pláticas motivacionales. El orgullo nacional se desborda y los musculosos atletas de todo el mundo buscan el premio a tantos años de entrenamiento: ¡el oro! ¡La victoria! La medalla representa el logro supremo, lo máximo en el deporte. Algo en lo profundo de nuestro ser desea ganar. Salir en primer lugar. Cumplir el sueño imposible. Alcanzar algún objetivo importante.

Pero ¿te has dado cuenta de una cosa respecto a la victoria? Es asombrosamente esquiva. A veces ni siquiera iniciamos la búsqueda porque nunca nos permitimos hacerlo, nuestros pensamientos de victoria casi parecen estar fuera de lugar, dudamos de poder ganar, no sólo en el ámbito físico del atletismo, sino también en el ámbito profesional, e incluso en la vida espiritual del cristiano cotidiano. ¿Has notado qué escaso y aun admirable parece ser el cristiano victorioso?

Estoy convencido de que nosotros los cristianos tenemos a nuestra disposición suficiente poder para superar las limitaciones, los obstáculos y las circunstancias. El Señor nuestro Dios nos diseñó para que fuéramos vencedores, no víctimas. Nunca nos encargó que meramente aguantáramos, que soportáramos con una sonrisa, que avanzáramos con dificultad a paso de tortuga. ¡No! Más bien nos equipó completamente para que ¡conquistáramos de manera abrumadora! por la fuerza de su poder. Nos concedió permiso pleno para unirnos a la filas de sus hijas e hijos victoriosos.

Si estás listo para creer eso y permitir que sea un factor determinante en tu vida entonces te convertirás en un campeón espiritual, un campeón profesional , un campeón en cada área de tu vida.

El camino a la victoria no es un camino solitario, no es como el corredor solitario en la pista tratando de conseguir el oro, tu vas por el camino, vas en pos de la victoria en compañía de aquel por el cual obtenemos la victoria total. (1 Corintios 15:57)

La victoria que deseamos nunca es automática, la pasividad es un enemigo para cualquiera que tiene la esperanza de llevar una vida victoriosa. Es igual de necio que el creyente piense que la conquista “se dará por si sola” que imaginar a un campeón olímpico de pie sobre la plataforma del vencedor mientras afirma: “En realidad nada tuve que ver con esta medalla de oro. Hace pocos minutos miré hacia abajo y allí estaba, colgada de mi cuello”.

¡Qué broma! El cristiano victorioso, al igual que el atleta victorioso, gana porque de manera deliberada y personal está involucrado en un proceso que conduce a la victoria. Sigue tu proceso, no estás solo, tienes segura la victoria porque…

¡Con Dios obtendremos la victoria! (Salmo 60:12)

jueves, 14 de agosto de 2008

¿¿¿Preocupado???

Muchos de los que leen éste blog se han graduado como Doctores en Preocupación. Pero la preocupación no puede cambiar el pasado, y puedes estar seguro que arruinará el presente. La preocupación te llevará a un solo lugar antes de tiempo: el cementerio. La preocupación persigue a toda clase de personas… ricas y pobres, inteligentes y analfabetas. Los jóvenes se preocupan, los viejos, la gente endeudada, la gente con demasiado dinero. Nos preocupamos por lo que tenemos y por lo que no tenemos. Por lo que dijimos y por lo que no pudimos decir. Por lo que hicimos y por lo que no hicimos. Por nuestra calvicie, nuestros juanetes y las protuberancias de nuestro cuerpo. Algunos se preocupan porque no están casados, y otros porque lo están. La preocupación significa que hay algo en lo que no podemos salirnos con la nuestra. En realidad, la preocupación es nuestro enojo personal con Dios por algo que sucede en nuestra vida (o tememos que pueda suceder) que Él está permitiendo y no podemos controlar. Hay tres razones por las que debemos evitar la preocupación: 1. La preocupación es la fe en el temor. ¡El temor es el rechazo a la fe! La Biblia nos dice: “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor” (2 Timoteo 1:7, DHH). El temor demuestra que no confiamos en que Dios nos ayudará a resolver el problema en que nos encontramos. A veces pensamos que es un gran elogio que nos digan que somos “persona de una gran fe”. Sin embargo, esto no es un elogio, porque servimos a un Dios que jamás ha fallado. No se necesita una gran fe para creen en alguien que jamás nos falla. Sin embargo, sí hace falta gran fe para creer en alguien que a menudo nos falla. Dios jamás le ha fallado, y nunca lo hará, por eso no debes preocuparte. 2. Debemos evitar la preocupación porque mata. Los mejores médicos nos dicen que la preocupación es la madre del cáncer, de las enfermedades del corazón, de la alta presión sanguínea y de las úlceras. No es lo que come. Es lo que le carcome a usted. La preocupación nos llena la cara de arrugas. Paraliza nuestra mente y la vuelve improductiva. La preocupación no tiene cabida en la vida de un creyente. 3. Debemos evitar la preocupación porque es totalmente inútil. Jesús dijo:” ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (Mateo 6:27). La preocupación nunca nos ha aliviado una carga. Nunca ha resuelto un problema ni ha secado una sola lágrima. La preocupación jamás nos ha brindado una respuesta. No te preocupes por el mañana: está en manos de Dios. El pasado es historia, y el futuro es un misterio. Solo esta el hoy. Es por eso que se llama presente. ¿Cómo nos libramos de la preocupación? Controla tus pensamientos, dice Pablo, y controlarás tu mundo. En Filipenses 4:6-7, Pablo aconseja: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. La paz es el regalo de Dios, y él solo se la da a quienes se han reconciliado con él por medio de Jesucristo. ¡Que consuelo y seguridad traen estas palabras! “Por nada estéis afanosos”. Son más fuertes que las eternas colinas. Sea cual fuere tu problema actual, reconoce que Dios está en Su trono y que todo terminará bien. ¿Por qué preocuparse? “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2). ¿Por qué preocuparse? “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” (Salmo 91:11). ¿Por qué preocuparse? Tú estás cubierto con su preciosa sangre. Tú y solo tú, eres responsable de los pensamientos y actitudes emocionales que gobiernan tu vida. Eso es tremendamente poderoso. Eso es autocontrol. Eso es autodominio.

jueves, 7 de agosto de 2008

¡¡¡Cambia el mundo!!!

Pablo escribió: “El amor no busca el mal” y “el amor todo lo espera”. Sin embargo, cuando tenemos baja autoestima, pensamos cosas malas acerca de nosotros mismos y nos negamos a esperar lo mejor para nosotros. ¿Qué es la autoestima? El diccionario Webster la define como “respeto a uno mismo”. Fundamentalmente, la autoestima es el modo en que nos vemos a nosotros mismos. ¿A quién ves en el espejo? ¿Te gusta lo que ves? El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos determinará nuestra respuesta a cada una de las siguientes preguntas: ¿Te gusta Dios? ¿Te gusta pensar en tu futuro? ¿Te gusta tu esposa? ¿Te gusta tu esposo? ¿Te gusta alguien? ¿Querrías ser otra persona? El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos determinará nuestro futuro espiritual, emocional, intelectual y financiero. Uno e los secretos mejor guardados del éxito es el siguiente: debemos sentir amor dentro de nosotros antes de poder darlo a otros. Si tu corazón está lleno de dudas y sentimientos de inferioridad, no tienes nada para dar a tu cónyuge, a tus hijos o a las personas con las que trabajas. La única cosa en el mundo que puedes cambiar es a ti mismo. Y eso marca la diferencia. Todo el mundo piensa en cambiar al mundo, pero nadie piensa en cambiar la única cosa que podemos cambiar: a nosotros mismos. He aquí una sencilla prueba que te ayudará a determinar si estás aceptando un estilo de vida que te obliga a ignorar quién eres. ¿Estás siempre cansado, estresado, emocionalmente exhausto, deprimido, preocupado o infeliz? ¿Sientes que solo sigues los movimientos, día tras día? ¿Tu vida consiste en cosas que dices odiar, y sin embargo sabes que tienes que continuar haciéndolas? Esto equivale a traicionarse a sí mismo. Te quejas por tu sobrepeso, pero no haces nada para cambiar. Estás asesinando tu autoestima. Recuerda esto durante el resto de tu vida: no podrás cambiar aquello que no estés dispuesto a enfrentar. Esto es válido para tu matrimonio, tu problema de sobrepeso, tus hijos o tus dilemas financieros. ¿Estás traicionándote a ti mismo al no enfrentar las áreas que podrían requerir cambios? ¿Te quejas porque te faltan calificaciones, pero no estudias para mejorarlas? Tienes una gran cantidad de excusas. Una de ellas es: “Ya estoy demasiado viejo para estudiar”. Eso es una tontería, lisa y llanamente. Nunca es tarde para ser lo que uno puede llegar a ser. Tu matrimonio está tan muerto como Julio César, poro te niegas a buscar un consejero o a iniciar alguna acción positiva que te pueda ayudar a mejorarlo. Esto es traicionarte a ti mismo. Si le has entregado el control de tu vida a un tornado de actividades y vives viéndola desde afuera, en lugar de verla desde dentro, estás actuando, como lo hace un actor sobre el escenario. La palabra bíblica para “actuación” es hipocresía. (Y ya sabemos qué pensaba Jesús acerca de los hipócritas). La próxima vez que te veas al espejo recuerda que estás viendo a alguien grande, poderoso, creativo, dinámico, estás viendo a alguien que puede lograr cualquier objetivo, cualquier meta, que puede superar cualquier obstáculo: ¡¡¡estás viendo a un hijo de Dios!!!

jueves, 31 de julio de 2008

¡Eres un Campeón!

El tercer secreto para una vida exitosa es el secreto de la verdadera autoestima. Jesús nos reveló este secreto en Mateo 19:19, cuando dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Observa que esta verdad bíblica tiene dos partes: Ama a tu prójimo y ámate a ti mismo. Y el hecho es el siguiente: si no nos gustamos, tampoco nos gustará nuestro prójimo. El concretar nuestros objetivos y sueños comienza con la autoestima. Te desafío a liberarte de las dudas y a construir la confianza en ti mismo, además de un nuevo sentido de tu propia valía. Aprende que amar a tu prójimo y a ti mismo es el secreto de la felicidad en la vida, en el amor y en todo lo que hagas. No importa que te haya pasado en la vida, no eres “un fracaso total”. No eres “un perdedor”. No eres lo que otros digan que eres. Eres lo que tú y Dios determinen que puedes llegar a ser. La autoestima verdadera implica amarse a sí mismo y a tu prójimo, por lo tanto veamos un poco sobre el amor. El amor no es lo que uno siente. El amor es lo que uno hace. Las obras, no las palabras, son la prueba de tu amor. El amor es lo que uno hace. Y por cierto, el amor no es sexo. Hay un amor gratuito y un amor de pacto. El amor gratuito toma, mientras el amor de pacto otorga. El amor gratuito se lleva todo lo que uno pueda dar: nuestras emociones, nuestro tiempo y nuestros bienes materiales. Pero el amor de pacto nos da compromiso, respeto, y apoyo emocional y material. En 1 Corintios 13 el apóstol Pablo escribió: “Sin amor, nada soy”. El apóstol Juan agregó más a esta definición del amor cuando observó: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (1 Juan 3:14). El cristianismo sin amor es sólo otro culto. Al mundo no le importa lo que sepamos hasta que sabe que nos importan lo demás. El amor no lleva un registro de las situaciones y fracasos del pasado. El apóstol Pablo nos dio catorce definiciones del amor en 1 Corintios 13. Las primeras siete se refieren a nosotros, las otras siete a nuestras relaciones con las demás personas. En tí está todo el potencial para lograr TODO lo que deseas, tu puedes lograr grandes cosas, el Señor está contigo.

jueves, 24 de julio de 2008

¡Alto! ¡Es temprano para abandonar!

La frase: “Persevera y sigue intentándolo”, debe quedar grabada a fuego en tu mente. No te permitas abandonar ningún proyecto una vez iniciado. Puedes decidir no comenzar, pero si comienzas, no puedes abandonar.

Hay personas que logran el éxito porque están destinadas a conseguirlo, pero la mayoría lo hace porque tiene la firme determinación de lograrlo.

¿Conoces tu proyecto divino? Si no lo conoces, vivirás en un estado de perpetua insatisfacción hasta que comprendas con claridad las razones por las que Dios te ha puesto en la tierra.

Muchas personas exitosas han alcanzado sus objetivos, pero no tienen paz, ni gozo, ni sentido de logro. ¿Por qué? Porque la vida, sin que conozcamos nuestro propósito divino, nos lleva a una sensación de vacío, de desilusión.

Dedica un tiempo hoy para examinar tu vida. Si no está controlada por el propósito de Dios, está entonces bajo el control del mundo, de la carne, y hasta quizá de Satanás mismo. Toma la decisión de encontrar el propósito de Dios para tu vida.

Llega un momento en la vida en que parece atractiva la idea de claudicar. Cuando los problemas parecen demasiado terribles… cuando los gigantes parecen invencibles… las montañas infranqueables… cuando la derrota parece inevitable… ¡cuando retroceder parece la única opción! Pero recuerda: ¡Siempre es demasiado temprano para claudicar!

Sea lo que sea que estés haciendo hoy, sigue intentándolo. Las montañas se ven altas solo cuando se las mira desde el llano. Por desgracia, el camino al éxito va ladera arriba, así que no esperes romper ningún record de velocidad. Lo único que podemos intentar cuando todo lo demás fracasa es “comenzar de nuevo”.

Correr más rápido, saltar más alto y ser mejor que los que compiten con nosotros tiene un precio. Los campeones se obligan a hacer lo que no les gusta para poder hacer lo que se debe en el momento de la competencia. Todos queremos lograr el éxito. La mayoría de las personas pasan días y años soñando con el éxito. La gente habla, escribe, visualiza y estudia en seminarios para saber cómo alcanzarlo. Pero no es hasta que uno decide perseverar (resistir hasta el final) para ser el último que queda en pie cuando toca la campana que indica el final del último asalto, que lograremos hacer que el fracaso nos eluda hasta nuestro último respiro.

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13). Recuerda: ¡Siempre es demasiado temprano para claudicar!